En su obra “El Hijo”, Horacio Quiroga describe el destino trágico que cae en el hijo joven de un hombre cuando se pone en camino al monte para cazar, un día en el verano.
Quiroga introduce los personajes en una mañana calurosa en Misiones, donde un chico de trece años está preparando a embarcarse en el monte para cazar. Con su escopeta en su mano, el chico promete a regresar para la hora de almorzar, y deja para el monte mientras su padre regresa a sus quehaceres. Está contento y feliz. Mientras trabaja, el padre reflexiona sobre el carácter de su hijo. Recuerda algunos tiempos cuando su hijo y su amigo Juan cazaban juntos. Mientras el cuento progresa, Quiroga revela que el padre es un viudo. Como resultado, se pone todo se fe y esperanza en su hijo, y intenta a enseñar el chico y se hace consciente del peligro constante que existe en el mundo y los limites a su fuerza. Ahora, el padre tiene confianza en la capacidad de su hijo para cazar cualquier animal.
Sin embargo, aunque en éste momento particular, el padre está seguro y optimista del futuro, Quiroga recuerda a los lectores que es un hombre que está envejeciendo; un hombre quién está sufriendo de alucinaciones. Recuerda una visión dolorosa de su hijo rodar envuelto en sangre; una visión que se continúa a atormentar.
De repente, el hombre oye un tiro. El padre identifica el ruido y se reconoce que es de la escopeta su hijo está usando. Inmediatamente supone que su hijo ha matado dos palomas y regresa a su trabajo.
Pronto es la hora de almorzar, y el padre realiza que su hijo todavía no ha llegado. Sabe que su hijo no se engañaría jamás. Está obediente y digno de confianza, pero no puede negar que su hijo no ha dejado el monte. Incómodo, el hombre trata a imaginar algunas excusas para al ausencia de su hijo.
Un media hora pasa, y el chico todavía no ha regresado a su padre. De pronto, el padre realiza que sólo oyó uno estampido de la escopeta de su hijo, el tiro que el padre supuso mató dos palomas. Después ése estampido, no ha oído nada. Pronto, el padre también realiza que las excusas que hizo para por qué su hijo no ha regresado, no pueden ser verdad, y rápidamente entra el monte con un machete. El pobre hombre vaga de parte a parte del monte, tratando con desesperación a encontrar su hijo. Busca mucho hasta finalmente se encuentra…y una escopeta descargada al lado de un poste. El hombre corre a su hijo y abraza sus piernas. En el mismo tiempo, el chico lamenta para el dolor que su padre ha sufrido. Finalmente, es tres y el padre y su niño caminan juntos a la casa, abrazando manos. Mientras caminan, el hijo explica como perdió la pista de tiempo porque de las garzas de Juan. El padre regaña su niño, pero sonríe de felicidad.
A la larga, en un giro triste, Quiroga revela que el padre nunca llegado a su casa con su hijo. Mientras el padre alucina la felicidad de viendo su niño una vez más, en realidad, su hijo está muerto, enredado en el alambre de púa desde la mañana.
Monday, September 7, 2009
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